Cuántas veces nos ha ocurrido que aun sabiendo que nuestro producto se ajusta a las necesidades del cliente no hemos cerrado la venta del producto y sin embargo se ha realizado una buena exposición.
No hemos conseguido que nos escuchen, solo nos han oído.
Por eso es tan importante dar una buena impresión, crear un buen ambiente, preocuparnos por nuestros clientes potenciales.
No hay que precipitarse, no hay que entrar en materia (soltar el rollo, dicen los clientes) hasta que estemos seguros que nuestro interlocutor nos escucha.
Lo ideal es hablar de cualquier cosa que no tenga que ver con el objeto de nuestra entrevista, preguntar al cliente por su historia personal, la historia de su empresa, que vea que nos interesamos por su entorno.
Mejor EVITAR tres temas en los que tenemos más que perder que ganar: FÚTBOL, POLÍTICA y RELIGIÓN.
En venta directa el nivel de desconfianza es brutal y sin una buena empatía es muy difícil cerrar una venta.
Actualmente el conocimiento es el principal soporte en que se apoya la competitividad, ¿Sabemos distinguir entre conocimiento e información? Aunque siempre se apliquen conjuntamente, de tal forma que el conocimiento actúa utilizando la información para la obtención de resultados.
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