martes, 10 de mayo de 2011

9 cosas que las personas con éxito hacen de forma diferente

9 cosas que las personas con éxito hacen de modo diferente
por Heidi Grant Halvorson
¿Por qué has alcanzado unos objetivos y no otros? Si no estas seguro, no eres el único confuso. Resulta que incluso la gente brillante y con grandes logros son terribles a la hora de comprender por qué tienen éxito o fracasan. Por instinto, la respuesta –que has nacido con ciertas habilidades y no con otras- es sólo una pequeña pieza del puzzle. De hecho, décadas de investigación relativa a logros, sugiere que la gente con éxito alcanza sus objetivos no solo por quienes son sino más a menudo por lo que hacen.
1- Concreta. Cuando te planteas un objetivo, intenta ser lo más específico posible.
“Perder 5 kilos” es un objetivo mejor definido que “Perder algo de peso”, porque te da una idea clara de a qué se parece el éxito. Saber exactamente lo que quieres conseguir te mantiene motivado hasta que lo consigas. Piensa una acción específica que debas tener en cuenta para alcanzar tu objetivo. Si te prometes “comeré menos” o “dormiré más” es demasiado indefinido, se claro y preciso. “Estaré en la cama a las 10 de la noche entre semana” no deja espacio para dudar lo que tienes que hacer y si realmente lo has hecho.
       2-Aprovecha cada momento para actuar. Estamos tan ocupados, y con tanto objetivos entre las  manos que no es sorpresa que perdamos oportunidades de actuar simplemente porque no nos damos cuenta. Realmente no has tenido tiempo para hacer ejercicio hoy? Ni un momento para devolver esa llamada de teléfono? Conseguir una meta significa aprovechar esas oportunidades antes de que se escurran entre los dedos. Para aprovechar cada momento, preve cuando y donde desarrollarás cada actividad. De nuevo, se lo más concreto posible (ej. “Si es lunes, miércoles o viernes voy a hacer ejercicio 30 minutos antes de ir al trabajo”. Investigaciones muestran que este tipo de planificación ayudará a tu cerebro a detectar y aprovechar cada oportunidad que surja, incrementando las posibilidades de éxito.
3-Conoce exactamente cuánto camino queda. Conseguir cualquier meta requiere una evaluación continua y honesta de tu progreso, o te evalúan desde fuera o te evalúas tu. Si no sabes cómo lo estás haciendo, no puedes ajustar tu comportamiento o tus estrategias. Evalúa tus avances con frecuencia semanal, o incluso a diario, dependiendo de tu meta.

4-Se optimista-realista. Cuando te planteas una meta, se pone en marcha el pensamiento positivo sobre la probabilidad de conseguirlo. Confiar en tu habilidad para tener éxito es muy útil para generar y mantener tu motivación. Pero hagas lo que hagas, no subestimes lo difícil que puede ser conseguir lo que te has propuesto. La mayor parte de los objetivos requieren tiempo, planificación, esfuerzo y persistencia. Investigaciones muestran que pensar que las cosas se consiguen fácilmente y sin esfuerzo te dejan sin armas para afrontar el camino y aumenta significativamente las probabilidades de fracaso.



5-Concéntrate en mejorar, más que en ser bueno. Confiar en tu habilidad para conseguir objetivos es importante, pero es más importante confiar en que puedes tener esa habilidad. Muchos de nosotros pensamos que nuestra inteligencia, nuestra personalidad y nuestras aptitudes físicas están fijadas y no importa lo que hagamos, no las mejoraremos. Así nos centramos en objetivos relacionados con nosotros más que desarrollar y adquirir nuevas habilidades.
Afortunadamente, décadas de investigación sugieren que la creencia de que las habilidades son estáticas es errónea, las habilidades de todo tipo son muy flexibles. Aceptar el hecho de que es posible el cambio se pueden valorar mejores opciones y alcanzar tu potencial. Las personas cuyos objetivos son mejorar, más que ser bueno, toman las dificultades con calma y aprecian el camino más que llegar al destino.

6- Ten agallas. Voluntad de comprometerte con objetivos a largo plazo, y persistir ante la dificultad. Estudios muestran que la gente valiente obtiene mayor nivel educativo y mejores calificaciones.
El esfuerzo, la planificación, la persistencia y buenas estrategias son lo que realmente te lleva al éxito. Aceptar esto no sólo te ayudará a ver tus objetivos con mayor precisión, sino también tener más confianza y agallas.

7- Fortalece tu fuerza de voluntad como un músculo. El autocontrol es como cualquier otro músculo en tu cuerpo, cuando no lo ejercitas se debilita, pero cuando lo ejercitas de forma regular se hará más fuerte y capaz de ayudarte a conseguir tus objetivos.
Asume un reto. No tomar más aperitivos ricos en grasa, hacer 100 abdominales al día, ponerte recto cuando te des cuenta de que estás encorvado, intentar aprender una nueva habilidad. Comienza sólo con una actividad, y elabora un plan de respuesta para cuando comiences a encontrar algún problema. (Si se me antoja un bocadillo, comeré una pieza de fruta o tres piezas de frutos secos). Será difícil al principio, pero cada vez será más facil, esa es la clave. A medida que tu fuerza sea mayor, puedes incorporar más metas y avances en tu sesión de autocontrol.

8-No tientes a la suerte. No importa lo fuerte que haya conseguido ser tu fuerza de voluntad, es importante tener en cuenta el hecho de que este hecho es limitado y si la sobrecargas puedes llegar a agotarla. No te propongas dos metas de una vez, si puedes evitarlo (como dejar de fumar y empezar una dieta al mismo tiempo). Y no te pongas en peligro, mucha gente sobrevalora su resistencia a la tentación y se exponen a muchas situaciones donde las tentaciones abundan. Las personas con éxito saben que no deben convertir una meta en algo más difícil de lo que por si ya puede ser.


9-Céntrate en lo que harás y no en lo que no harás. Quieres conseguir perder peso, dejar de fumar, o poner un límite a tu mal genio? Planifica cómo vas a reemplazar malos hábitos por buenos, más que centrarte sólo en los malos hábitos. Investigaciones relativas a la supresión de pensamiento (ej. No pienses en osos blancos”) han mostrado que intentar evitar un pensamiento hacen que esté más presente. Lo mismo ocurre cuando se trata de un comportamiento, intentar no tener un mal hábito puede fortalecerlo más que romperlo.
Si quieres cambiar tu modo de hacer algo, pregúntate, qué harás? Por ejemplo si estás intentando mantener la calma quizá debas plantearte “si comienzo a enfadarme, respiraré profundamente tres veces para calmarme”. Utilizando la respiración profunda en lugar de centrarte en tu ira, tu mal hábito se irá debilitando hasta desaparecer por completo.

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